Útiles después de muertos
En este relato los personajes son reales, son héroes, cadáveres, prisioneros, exiliados o desaparecidos, existen o existieron y de un modo o de otro pertenecen a la dramática historia de Cuba. Los presento con la objetividad a que aspira todo historiador escrupuloso. Exceptuando uno o dos, les traté en el extranjero como exiliados y dentro de Cuba como activistas políticos. Los hechos que se narran son igualmente hechos ciertos, evidentes, históricos. Ninguna ficción hay en su esencia. Unos figuran en los periódicos de la época del dictador Fulgencio Batista; me serví de esas publicaciones, en particular del Diario de la Marina. Otros me fueron dichos por los protagonistas y por militantes del PSP, quienes se vieron obligados a conocerles por especiales razones. Los documentos que para diferenciarlos aparecen en el texto con otro tipo de imprenta, son documentos auténticos y oficiales. El juicio criminal seguido contra Marcos Rodríguez, fundamento de esta narración, fue un juicio dado a conocer por la prensa, la radio y la televisión y por las agencias noticiosas internacionales. Este juicio aparece aquí casi completo. He respetado rigurosamente la forma de expresarse, la redacción, el testimonio de los actuantes y jueces. Los textos pueden ser cotejados con la versión taquigráfica que bajo vigilancia de los servicios de Seguridad y del Partido, se reprodujeron en los ejemplares del 20 y 27 de marzo y 3 de abril de 1964, de la revista Bohemia, órgano semioficial del gobierno de Cuba.